Llamadlo positivismo tóxico o lo que queráis, pero lo que se ahorra en invierno en calefacción con los sofocos que dan la quimioterapia o la menopausia.
Detritus neuronales publicados para su reciclaje. Neuroecologismo desde 2002. Probablemente la única bitácora víctima de la saña de Borjamari que sigue en línea.
Sé el primero en comentar