Supongo que al colega que ayer me tocó la moral soberanamente le hace falta amor, porque a lo mejor de pequeño sus padres no le daban abrazos y/o era obeso y se reían de él en el cole o algo por el estilo, pero no sé qué le hace pensar a este tipo de gente que estoy para perder el mío propio para dárselo a ellos.
Lo mismo se corrió la voz de que lo hice alguna vez.
Detritus neuronales publicados para su reciclaje. Neuroecologismo desde 2002. Probablemente la única bitácora víctima de la saña de Borjamari que sigue en línea.