Se puede discrepar radicalmente, pero sin caer en la descalificación.
Una manera de llevar esto a la práctica es formular preguntas retóricas muy profundas del tipo:
«¿Por qué no te callas?»
Gracias a nuestro jefe de Estado y a nuestro jefe de Gobierno (al presidente anterior también, que sin él no tendríamos anécdota) porque me han alegrado el día. Aún me parto de la risa.
Tiempo ha...
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XD. Yo también
A veces la descalificación ayuda a partirse de risa,,,aunque de una manera alevósica